El agua es un alimento o un nutriente

Todos sabemos que el agua es un elemento imprescindible para el ser humano y que está presente en nuestra naturaleza desde el comienzo de los tiempos. Sin embargo, muchas veces se cuestiona si se trata de un alimento o un nutriente.

Generalmente no se la suele considerar un nutriente. Pero teniendo en cuenta que debe formar parte de nuestro consumo diario en cantidades suficientes, indica que debe ser considerado un nutriente.

Ciertas pirámides alimentarias así lo entienden e incluyen el consumo de agua en cantidades adecuadas, al mismo nivel que los demás elementos.

Según expertos en alimentación y nutrición, el agua puede considerarse un alimento porque contiene nutrientes como el sodio, calcio, magnesio o potasio que le aportan características específicas involucradas en procesos del organismo humano.

¿Cuál es la importancia del agua en la alimentación?


SDesde el punto de vista de la nutrición, el agua también es indispensable por las múltiples funciones que cumple en nuestro organismo. Es decir, el agua no solo sirve para hidratarnos sino que también cumple una función central en nuestra alimentación.

Es más, el 20% a 30% del agua que incorporamos al organismo proviene de los alimentos. Por ello, un buen equilibrio nutricional no debe dejar de tener en cuenta el consumo de alimentos que lo contengan y la necesidad de un consumo razonable de agua potable o pura.

Así, aunque no aporta energía, el agua interviene en procesos tan necesarios para el organismo como: la respiración, transpiración, fecundación, circulación, excreción, entre otros.

Además la correcta hidratación es el factor más importante para una buena nutrición, ya que contribuye a disolver aquellos alimentos que no hemos masticado lo suficiente. Es decir, sirve como lubricante.

Asimismo, es un componente fundamental de la saliva y de los líquidos que rodean a las articulaciones. Por otro lado, el agua regula la temperatura corporal a través de la transpiración y ayuda a prevenir el estreñimiento al movilizar a los alimentos a través de los intestinos. Sintetizando, el agua es la base de los líquidos corporales.

Alimentos que contienen agua y su porcentaje


La mejor forma de incorporar agua a nuestro organismo es consumirla en la dieta diaria. Por esa razón, lo ideal es consumir alimentos ricos en agua como frutas y verduras. También infusiones y sopas. Los especialistas también recomiendan beber agua en forma pausada antes, durante y después de las comidas.

En cuanto a los alimentos, las frutas y verduras contienen hasta un 90% de líquido siendo los que mayor porcentaje aportan. Le siguen los lácteos y en menor proporción las carnes y cereales.

Por esa razón, consumir frutas y verduras es una excelente fuente exógena de agua. Es necesario que haya un consumo diario de ellas.

La mejor manera de consumirlas es en preparaciones como jugos, licuados, en ensaladas, en helados preparados en casa. Por su parte, los vegetales pueden ser frescos en ensaladas o cocidos.

Entre las frutas y verduras con mayor aporte de agua se encuentran:

La sandía: el 93% de su composición es agua, aportando también azúcares, antioxidantes y vitaminas.

La piña o ananá: es un excelente diurético natural, con mucha fibra y propiedades antiinflamatorias.

El melón: otro de los alimentos con mucho aporte de agua, vitaminas y fibras.

El pepino: es el mayor aportante de agua del reino vegetal, siendo un excelente diurético natural. El 96% de su constitución es agua.

Otros alimentos con gran aporte de agua son: los espárragos, el tomate y la naranja. Algunos de los beneficios que aportan al organismo estos alimentos son: mantener la hidratación del cuerpo, disminuir la retención de líquidos, regular la presión arterial y mejorar el funcionamiento de los intestinos.

Además, con el aporte de fibras ayudan a disminuir el apetito y mejorar la microbiota intestinal.


Función del agua en los alimentos


La función del agua en los alimentos tiene relación con su textura, como también con la proliferación de organismos patógenos. El ataque de estos es la causa principal del deterioro de los alimentos y su crecimiento está relacionado a la cantidad de agua que contiene el mismo.

La cantidad de agua disponible determina el crecimiento de microorganismos y la posibilidad de que se lleven a cabo determinadas reacciones químicas. Tiene un valor máximo de 1 y un valor mínimo de 0. Cuanto menor sea este valor, más tiempo se conservará el alimento en cuestión.

También está ligada con la textura de los alimentos. A una mayor actividad la textura será más jugosa y tierna, pero el producto se alterará más fácilmente. A menor cantidad de agua, la textura se endurecerá y el producto se secará más rápidamente.

Por su parte, los alimentos que tienen actividad de agua baja suelen ser más crujientes por naturaleza y tienden a romperse con más facilidad. Si la actividad de agua se incrementa, se reblandecen y adquieren un aspecto poco atractivo.

En todos los casos, el parámetro de la actividad del agua en los alimentos es un elemento a tener en cuenta para considerar la seguridad del mismo. Además, a partir de ello, se puede determinar su capacidad de conservación junto a la posibilidad de propagación de microorganismos.

Distribución del agua en los alimentos


En los tejidos animales y vegetales, el agua no está distribuida de manera uniforme. Esto sucede por los complejos hidratados que se generan con proteínas, a las diferentes estructuras internas de cada tejido, los microcapilares, entre otros elementos.

Por ello, en los alimentos se dice que existen diferentes estados energéticos en los que se encuentra el agua. No toda el agua presente en un alimento tiene las mismas propiedades físicas químicas. Esto se puede comprobar por las diferentes temperaturas de congelamiento que se pueden observar.

Generalmente un alimento se va a congela a -20 °, pero una pequeña fracción del agua se mantiene líquida y necesita temperaturas aún más bajas para congelarse y solidificar. Los términos agua libre y agua ligada tienen referencia al estado energético que el líquido guarda en un alimento determinado.