Ya sabemos que el agua es un elemento fundamental para la vida de los seres humanos y los seres vivos en general. No solo cumple la función de hidratación, sino que en el caso del ser humano colabora con el desarrollo de numerosos procesos del organismo humano.
Entre otros procesos, el cuerpo humano pierde líquidos permanentemente a través de la transpiración y la orina. Esos líquidos deben ser reemplazados para mantener un equilibrio saludable.
Médicos, nutricionistas y otros profesionales de la salud, recomiendan beber cierta cantidad de agua por día. Sin embargo, no existe una cantidad única ni exacta de agua que debamos beber. Esta depende de cada persona.
No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir entre 1,5 a 2 litros de agua por día, en tanto la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria eleva esa cifra a 2,5- 3 litros por día.
La edad, el peso corporal, el sexo, la actividad física, la temperatura ambiente son factores que determinan la cantidad de agua que necesitará incorporar nuestro cuerpo. Dentro de ello, también se debe considerar el aporte de líquidos totales a través de frutas, zumos, infusiones, refrescos, verduras, entre otros.
¿Qué función cumple el agua en nuestro cuerpo?
Sin lugar a dudas, el agua es el principal componente del cuerpo humano. Entre el 50 al 70% de nuestro organismo está conformado por agua.
Para su correcto funcionamiento, cada célula, tejido y órgano del cuerpo precisa de agua para funcionar correctamente. Entre otras funciones del agua en el organismo, se encuentran:
- Eliminación de desechos y toxinas a través de la orina, la transpiración y la materia fecal.
- Mantener los niveles de temperatura corporal equilibrados.
- Lubricación y amortiguación de las articulaciones.
- Brindar protección a los tejidos sensibles.
Por otro lado, la falta de agua en el organismo humano se manifiesta de diversas maneras. El signo más evidente es la deshidratación, un trastorno que ocurre cuando no se ingiere suficiente agua para realizar las funciones normales. De hecho, una leve deshidratación puede causar falta de energía y cansancio.
También puede originar confusión y calambres musculares. Esto es porque el agua no solo nos hidrata sino que además, es la encargada de transportar cientos de nutrientes y proteínas que colaboran a que nuestro organismo se mantenga sano.
¿Por qué es importante hidratarse?
Mantenerse hidratado es la forma en que el cuerpo se garantiza la correcta distribución de los nutrientes. El agua es el principal componente del plasma sanguíneo. Además, es el compuesto esencial de todos los fluidos del organismo.
Para lograr un correcto equilibrio el cuerpo de los seres humanos precisa sostener un equilibrio adecuado entre potasio y sodio para poder funcionar correctamente. Sin agua eso sería imposible.
Por otro lado, el consumo de la adecuada cantidad de agua nos aporta energía y posibilita el correcto funcionamiento del aparato digestivo y de la filtración renal. Además, colabora en el proceso de pérdida de peso, ya que aporta saciedad al organismo. Cabe señalar que el agua es 100% libre azúcares y calorías.
Beneficios de la hidratación
Entre los múltiples beneficios que aporta una correcta hidratación a nuestro cuerpo, podemos mencionar algunos factores que se destacan entre ellos:
- Ayuda al correcto funcionamiento de los riñones: se destaca que el agua incluso interviene en un menor riesgo de padecer algunos tipos de cáncer como el de vejiga y de colon.
- Fortalece el sistema inmunológico: cuando el cuerpo recibe la correcta cantidad de agua, mejora el funcionamiento del sistema inmunológico. Tomar agua le posibilita al organismo adquirir defensas para luchar contra la gripe, contra virus y bacterias.
- Previene la aparición de otro tipo de enfermedades como: reumatismo, artritis, cálculos renales, entre otros.
- Colabora con el buen funcionamiento del corazón: ayuda a regular la presión arterial y la circulación sanguínea. Está comprobado que aquellas personas que toman al menos cinco vasos de agua diarios reducen los problemas cardiovasculares en relación a quienes no lo hacen o lo hacen en menor medida. Cuando hay menos agua en el organismo, el corazón debe trabajar más para bombear la sangre oxigenada a todas las células y a otros órganos esenciales. Esto puede ocasionar fatiga y cansancio.
- Previene el mal aliento: el mal aliento es producto de una escasa hidratación. Una buena hidratación garantiza una buena salivación. La saliva ayuda a que la boca se libre de bacterias y mantenga la lengua hidratada. Si tenemos mal aliento, debemos beber mucha agua también para proteger a los dientes evitando enfermedades bucodentales.
- Mantiene la temperatura corporal: mantener una correcta temperatura corporal nos ayudará a tener mayor energía y a mantener músculos y articulaciones lubricados. También los ligamentos se vuelven más resistente, reduciendo la aparición de calambres y esguinces.
- Ayuda al sistema respiratorio: ingerir suficiente agua ayuda a hidratar las mucosas, la garganta, bronquios, pulmones, disminuyendo la aparición de infecciones y virus.
- Colabora con el buen funcionamiento cognitivo: el cerebro depende en gran medida del agua para funcionar en forma correcta. Una adecuada hidratación incrementa la capacidad de memoria y de concentración.
¿Cómo hidratarse rápido?
Una forma de hidratarse rápidamente es contar con una fuente de agua pura y libre de contaminación al alcance de la mano, todos los días. En ese sentido, la solución que brinda VItalis Agua con su sistema de dispensers de agua es ideal.
Conectado a la red de agua, directamente, el dispenser purifica el agua al instante brindando una calidad superior para su consumo directo. Además esta empresa, con larga trayectoria en el mercado, realiza controles permanentes de calidad del agua y de sus productos para brindar una garantía total a sus clientes.
Los dispensers Vitalis están certificados por la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología) bajo estrictas normas de calidad.
Otra forma de mantenerse hidratados, sobre todo en épocas de calor extremo, es consumir frutas y verduras ricas en agua, incorporándolas a nuestra dieta diaria. También beber zumos de frutas, helados de agua caseros, infusiones como té frío, mate o café.